Cómo incorporar cambios para un estilo de vida saludable

Cómo incorporar cambios para un estilo de vida saludable

Medicina Estética

Cuando empezamos o nos estancamos en un plan, es hora de hacer cambios. Pero los cambios deben ser paulatinos y les cuento por qué: tienes que dejar que tu cuerpo -poco a poco- se vaya acostumbrando.

Esto viene del cuento de que no debes hacer todo de una vez. De ese afán de querer mucho para ver resultados más rápidos que sólo te dejarán en el cansancio. Esto no es una competencia de velocidad, es una carrera mucha, pero mucha resistencia. Estos son los dos escenarios.

Cuando estás comenzando: el consejo es ir incorporando cambios cada semana. Pero pocos. Es decir, ve sumando cada semana un poco más de cardio. Unas repeticiones más. Un cambio en la alimentación. Si eres avanzado y estás “volviendo”, puedes anexar un par de cambios a la semana. Esto implica que tus metas no serán de dos semanas, ni de cuatro. Hablamos de más tiempo y progresivamente ver cambios. Si empiezas haciendo todo de una vez, dos horas de ejercicio, quitándote todos los alimentos, HIT todos los días, vas a terminar adolorido, cansado, malhumorado y si ves resultados, mucho más rápido vas a llegar a la meseta.

Además si haces todo tu esfuerzo de una vez, no te quedará tela que cortar cuando las cosas empiecen a bajar de velocidad (y sí, esto puede pasar, las cosas pueden bajar de velocidad). Y si bien muchos llegan a la meseta, con la técnica de incorporar pequeños pero contundentes cambios cada semana, cada cuatro o seis semanas cambios más contundentes -como el cambio de rutina de ejercicios, por ejemplo-, puedes evitar esta temida meseta. Y no es que todas las semanas tienes que obligatoriamente cambiar algo. Puedes proponerte pequeñas metas hasta que sientas que ya tienes tu plan un poco dominado (no completamente, siempre hay que dejar algo de dificultad).

Cuando llegas a la meseta: si a pesar de tus mejores esfuerzos llegas a la meseta, no desesperes. Si hiciste todo como debe ser -es decir, poco a poco, siguiendo un plan de alimentación acorde con tus necesidades, respetando descansos, siendo “feliz”, pero tu cuerpo se revela y te dice “hasta aquí llegue”, pues también tienes que aplicar más cambios. Estos no tienen que ser absolutos ni tan extremos. Otra vez ve haciendo cambios semanales. Quizás sí es el momento de subir ese número en las pesas. De incluir cardio entre descanso en tus pesas. De contar mejor los carbohidratos y ser un poco menos laxo a la hora de tus “escapadas”. De estar más pendiente de las preparaciones. De dejar un poco los dulces saludables o fitness que pueden estar más cargados de calorías de lo que piensas. De cambiar esas barras de proteína que parece un postre por una comida más natural hecha en casa.

Y aquí está un punto importante para los cambios: debes llevar un control de ellos. El escribir durante tu proceso, tu diario de comidas, tu diario de ejercicios y también tu diario de emociones te puede ayudar a llegar más rápido a tu meta. Si sabes de dónde partiste, es más fácil saber dónde fallaste y por qué. Si lo haces todo sin llevar un control sin llegar a la obsesión, puede que te pierdas más en el camino.

El estudiarse te ayudará más a entenderte. Podrás ver porqué lo que le funciona a una persona no necesariamente te funciona a ti. Verás cuando las emociones son las que mandan y no el raciocinio. Si le pones mente y corazón al proceso, harás más divertido el camino.

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