Halitosis: Causas, tratamiento, prevención

Medicina Estética

El mal aliento o halitosis es un verdadero problema para quienes lo sufren y para las personas que están a su lado. Los primeros, por un lado, se exponen a las burlas y al rechazo social, y los segundos, por muy cercanos que sean, a menudo no encuentran la manera de decirles a los otros que tienen un problema.

El mal olor y sabor en la boca pueden ser síntomas de alteraciones que incluyen problemas bucales, los senos paranasales o las vías digestivas. En muchos casos la caries, la enfermedad periodontal (de las encías) y el mal aseo bucal son sus causantes.

Tenga buena higiene

Una de las causas más comunes del mal aliento es la placa bacteriana; se acumula porque después de comer las personas no se lavan bien los dientes o no lo hacen a tiempo, idealmente antes de 20 minutos. La boca tiene bacterias y cuando alberga comida mucho tiempo se construye un ecosistema (placa calcificada) que se adhiere al cuello de los dientes; para eso es recomendable hacer varios cepillados al día. Recuerde visitar al odontólogo, al menos dos veces al año.

Estructura dental

Algunas estructuras anatómicas de los dientes favorecen la retención de alimentos; éstas ocultan comida que se descompone sin darnos cuenta. Por eso, si su dentadura tiene estas características, tenga más cuidado.

Ojo a los condimentos

Cuidado con la cebolla, el ajo y las especias. Estos son alimentos que en su proceso de digestión liberan sustancias que permanecen por más tiempo no solo en la boca sino en el cuerpo. Si alguno de estos hace parte de su plato, procure cepillarse lo más pronto posible. No está de más usar enjuague bucal.

El tipo de saliva cuenta

Hay personas con pH salival ácido y básico. El pH salival ácido se presta para tener con frecuencia caries dental, mientras que el salival básico tiende a favorecer la aparición de enfermedad periodontal. Pregunte al especialista si esta podría ser la razón de su problema.

Tome agua

Las personas con poca saliva tienden a tener mal aliento, es frecuente en quienes duran muchas horas sin comer o que por costumbre no desayunan, pues alimentarse es el estímulo para producir saliva. En este caso, tome agua frecuentemente.

Evalúe su dieta

Las personas que, por hacer algunas dietas para bajar de peso, aumentan el consumo de proteína animal podrían tener mal aliento. Estas dietas producen exceso de cuerpos cetónicos (son elementos producidos en el hígado por la degradación de los carbohidratos) y se liberan a través del aliento. Modérelo.

Chicle sí, pero poco

Si come algo y no tiene un cepillo de dientes a la mano, una buena opción de limpieza es masticar, por un corto tiempo, un chicle sin azúcar, porque eso ayuda a recoger los restos de comida. Eso sí, no lo haga en exceso; tenga en cuenta que aunque se promocionen como productos sin dulce, masticar uno equivale a consumir un cubo de azúcar.

Cuidado en la noche

En la noche, sea cuidadoso. Al dormir, las bacterias de la boca se multiplican en forma exponencial, porque se reduce la producción de saliva; por eso, al menos antes de ir a la cama hay que tomarse el tiempo para cepillar los dientes con detenimiento y usar seda dental.

Puede ser su estómago

Hay quienes padecen reflujo, gastritis, hernias y otros desórdenes que pueden provocar gases que salen a la cavidad oral y producen mal aliento. Consulte con el especialista.

Con la diabetes mellitus, existe más riesgo. Con esta enfermedad, por desorden del páncreas, se produce un aliento como a manzana descompuesta; la característica de esta condición lo explicaría.

Mitos sobre la halitosis

El mal aliento es contagioso. 

Falso. 

En los besos no se contagia el mal aliento y tampoco por compartir alguna bebida o comida. Lo que se contagia por esta vía son las bacterias y algunas enfermedades bacterianas o virales, como la gripa o la varicela.

El café lo produce. 

Falso.

 Esta bebida en sí misma no produce halitosis, pero sí se puede desencadenar por un mal cepillado después de tomarlo.

No tiene cura. 

Falso.

 Para combatir eficazmente la halitosis se requiere encontrar la verdadera causa, un especialista es el apropiado para intervenir en este proceso. De acuerdo con el diagnóstico, con dieta o cambios en la higiene oral se puede lograr buena parte de la recuperación.

Cuidado con las prótesis y ortodoncias

Estos aparatos suelen acumular restos de comida, que hay que retirar muy bien siempre, después de comer. Las prótesis y los aparatos de ortodoncia requieren un aseo especial para evitar que, al acumular restos de comida, sean un foco de mal aliento.

Las prótesis deben dejarse en agua limpia cada noche para que estén hidratadas y, de paso, la persona descanse de su uso.

Si usa removibles (cajas de dientes o prótesis parciales) lo ideal es que los retire y asee interna y externamente después de comer, y lave muy bien su boca, lengua y mejillas también.

Pasar la noche con prótesis removibles tiene riesgos importantes; éstas pueden irritar e inflamar la mucosa del paladar con la posibilidad de que, tras algunos años, aparezca una lesión precancerosa (maligna). Si alguien nota alguna lesión de este tipo en su boca, debería consultar a su odontólogo y solicitar una biopsia.

En cuanto a los aparatos de ortodoncia, deberían considerarse los mismos cuidados de remojo en la noche. Sin embargo, si se trata de aparatos para usar solo mientras se duerme, por ejemplo, para corregir problemas de bruxismo o de maloclusión (mala mordida), el descanso se debe hacer en el día, también para evitar lesiones. Vale anotar que los materiales con los que están hechos estos elementos van evolucionando, de modo que conviene cambiarlos; los modernos son menos alergénicos, higiénicos, seguros y cómodos.

Fuente: eltiempo.com

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