El contorno de ojos es el marco de la mirada, pero éste puede cambiar por causa de ojeras, caída del párpado, patas de gallo, bolsas y otras características que restan belleza y frescura a dicha zona.
Actualmente existen tratamientos sin cirugía para tratar y mejorar la zona periocular, algunos de ellos poco conocidos pero muy eficaces.
Arrugas en el contorno de ojos
También conocidas como “patas de gallo”, son las arrugas que se producen en la zona externa del ojo. Las asociamos a la sonrisa, pero también se agravan con la pérdida de visión o al exponerse a luz intensa o solar.
El tratamiento de elección de primera opción es la toxina botulínica, en la que se realiza una relajación transitoria del movimiento muscular, que produce esa arruga (músculo orbicular del ojo), disminuyendo su fuerza contráctil y haciendo que desaparezcan las patas de gallo sin perder expresión. El paciente podrá sonreír como hacía anteriormente, sin que aparezcan arrugas. Los resultados se aprecian en pocos días y duran unos 6 meses.
También se puede utilizar el relleno con ácido hialurónico de baja reticulación, para atenuarlas en caso de que en reposo aparezcan muy marcadas. Gracias a su efecto, las rellena y eleva, consiguiendo unas arrugas menos marcadas. Se puede combinar con toxina botulínica para un mejor resultado.
Ojeras y bolsas oculares
Transmiten una mirada cansada y apagada. En la aparición de las ojeras influyen múltiples factores: microcirculación, retención de agua, tono de piel (pigmentación), herencia, piel fina. También las diversas pantallas de ordenadores o móviles, en las que fijamos nuestra mirada y disminuimos el parpadeo, con mayor cansancio ocular.
Estas se pueden tratar mediante:
1. Peeling despigmentante específico para ojeras. Gracias a su composición disminuye el tono e intensidad de la ojera, consiguiendo un blanqueamiento de la zona. Se trata de un tratamiento no invasivo realizado en sesiones progresivas.
2. Mesoterapia específica periocular, que aclara y facilita la renovación dérmica, activando la producción de colágeno y redensificando la piel, con un aspecto más tenso, disminución de finas líneas y aclaramiento sutil del tono oscuro.
3. Relleno de ojeras con ácido hialurónico. Se utiliza en ojeras hundidas o con bolsas leves o moderadas, logrando un rejuvenecimiento instantáneo. Por su composición especial actúa, no solo como relleno, sino como hidratante de la zona, redensificante y disminuyendo el tono oscuro. Se realiza en una sesión y los resultados duran un año.
4. Carboxiterapia: infiltraciones de un gas, que aumenta la microcirculación, oxigena los tejidos y consigue un blanqueamiento de la zona. Se realizan diversas sesiones espaciadas en 7-15 días.
5. Infiltraciones locales en bolsas grasas: de lipolíticos en microgotas, con acción disolvedora de la bolsa grasa dilatada. Se debe tener pericia y seguridad en el producto a usar, evitar el efecto de vaciado excesivo de la bolsa y el efecto de ojo hundido.
Párpado caído
1. Blefaroplasma: si sobra piel en el párpado (superior o inferior), y la cirugía no es la opción deseada por el paciente, este tratamiento produce una retracción controlada de la piel del párpado. Esto es gracias a la capacidad de ionizar el aire, lo que se traduce en unas microlesiones controladas para retraer y reparar el área palpebral. En 15 días ya se pueden apreciar los resultados, recuperando entre 2 y 4 mm de piel.
2. Xantelasmas y verrugas: pequeñas colecciones superficiales de depósitos grasos, que parecen como grasa visible. Se pueden eliminar con plasmacoagulación, de manera precisa e inmediata. Al igual que pequeñas verrugas en la zona ocular, a veces muy inaccesibles con otros métodos. Solamente se necesita una nueva sesión.
Fuente: topdoctors.es