Ácido Hialurónico para una piel más joven

Medicina Estética

El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra en nuestro organismo, y que forma parte de tejidos y órganos como la piel. Sin embargo, conforme pasan los años, su presencia en nuestro cuerpo va disminuyendo. Y esto hace que la piel pierda tersura, firmeza y llegan las arrugas.

Su principal característica es la capacidad para mejorar la piel, rellenando arrugas y mejorando cicatrices, además destaca por su alto poder para retener el agua, y por lo tanto para hidratar (uno de los principales problemas al envejecer es precisamente la falta de hidratación de la piel). Desde finales de los años 90 se empezó a utilizar en cosmética y estética con unos excelentes resultados.

El ácido hialurónico es un gran remedio contra las arrugas, pues aumenta el volumen en pliegues, surcos y depresiones cutáneas. Su aplicación periódica provoca la regeneración del colágeno propio, multiplicando su efecto rejuvenecedor. Su gran ventaja es que es una sustancia compatible con todos los tejidos, por lo tanto no requiere de ningún tipo de prueba cutánea. También se usa como remedio en numerosas aplicaciones médicas, como inflamaciones, cicatrices, gingivitis o artritis.

Usos en medicina estética

El ácido hialurónico es uno de los grandes referentes en la medicina estética. Se utiliza como sustancia de relleno para quitar arrugas, cicatrices y restablecer los volúmenes faciales. En este sentido, el ácido hialurónico ha sustituido, en muchos casos, o retrasado, la cirugía de lifting. Sus grandes ventajas son sus efectos inmediatos con una única sesión, su seguridad y fiabilidad, al ser un producto muy testado y con grandes resultados.

Fue descubierto en el año 1934, aunque su uso en la cosmética, por el que se hizo popular, no comenzó hasta mitad de los años 90. La aplicación de ácido hialurónico en los tratamientos de belleza y estéticos se debe a que su principal propiedad es la de aumentar el volumen e hidratación de la piel, haciendo que ésta luzca mucho más tersa y radiante.

Las arrugas y la flaccidez de la piel asociadas al paso de los años vienen determinadas en gran medida por la pérdida de hidratación, por la reducción del ácido hialurónico presente en nuestra piel y por la disminución de la capacidad de nuestro organismo para reponerlo.

En medicina estética, esta sustancia se inyecta en función de las necesidades de cada paciente para corregir los signos del envejecimiento. Las zonas más comunes en las que se aplica son:

– Contorno y comisura de los labios.
– Volumen labial y facial (pómulos).
– Arrugas labiales o peribucales (alrededor de la boca).
– Surcos nasogenianos (líneas de expresión que van desde a ambos lados de la nariz hacia la boca).
– Arrugas perioculares externas (patas de gallo).

Usos en cosmética

Cada vez hay más firmas que incorporan el ácido hialurónico a sus productos: sérums, cremas, mascarillas… Al ser una sustancia inocua, que no agrade la piel, se puede utilizar a partir de los 25 años y en todas las pieles.

ELos efectos del ácido hialurónico en tratamientos estéticos y cosméticos son diferentes, el uso local infiltrado en la dermis requiere de una forma galénica de ácido hialurónico distinta; el resultado de relleno es inmediato. En cambio cuando se usa el tratamiento cosmético, el ácido hilaurónico es más lento en rellenar las arrugas, pero a la vez, no agresivo, y también seguro.

Fuente: acidohialuronico.org

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