La Longevidad: Aspectos resaltantes

Medicina Estética

La longevidad es una nueva área de conocimiento dentro de las ciencias de la salud, de carácter multidisciplinario, que se ocupa fundamentalmente de los factores de promoción de salud, de prevención y de las estrategias terapéuticas dirigidas a conseguir una vejez prolongada y saludable.

El cambio demográfico: Cada mes más de 1 millón de personas llega a los 60 años en los países desarrollados. Esta “revolución silenciosa” provocará grandes cambios en las estructuras organizativas, socioeconómicas, socioculturales y sanitarias de estos países en las próximas décadas, ante los cuales las administraciones deben estar preparadas y adelantarse.

Diferencias de género en el envejecimiento: La longevidad sigue un patrón diferente en cada género. Por término medio la mujer vive 7 años más que el hombre aunque manifiesta mayor número de enfermedades. La caída brusca de esteroides sexuales que sufre la mujer entre la 5ª y 6ª década de la vida, en la menopausia, impone una susceptibilidad a ciertas enfermedades y una afectación considerable en la calidad de vida. En el hombre, el proceso es más paulatino, pero ciertos individuos acusan de forma especial el deterioro hormonal, en su capacidad física y en la sexualidad, lo que constituye un cuadro que se conoce como andropausia. En ambos casos es determinante el consejo ajustado que permita actuaciones eficaces con el apoyo de hábitos de vida y/o fármacos.

Estrés oxidativo y posibilidades terapéuticas: El estrés oxidativo se relaciona con un desequilibrio en la producción de radicales libres de oxígeno y los sistemas defensivos del organismo. El grado de estrés oxidativo de un individuo ya puede evaluarse mediante técnicas analíticas que valoran el equilibrio oxidativo/antoxidante. El dilema actual es cómo trasladar las evidencias científicas existentes al uso clínico; así como valorar las formas de intervención sobre el mismo.

La carga alostática como indicador de riesgo: La carga alostática viene a ser la firma biológica del desgaste acumulado del organismo en los sistemas cardiovascular, neuroendocrino, inmunológico y el sistema nervioso autónomo. La evidencia científica indica que esta medida puede servir como predictor de morbilidad y mortalidad, así como del envejecimiento. Sin embargo, el paso a una aplicación clínica de la misma aún no se ha dado.

Ejercicio Físico y salud: El ejercicio físico bien indicado y bien desarrollado promueve la salud a lo largo de todo el ciclo vital. El ejercicio que consume alrededor de 2000 kcal./semana disminuye el riesgo de muerte en un 40%.
“Nunca es tarde para comenzar”: Los hábitos de vida saludable son recomendables para cualquier edad. Por ejemplo, con el tipo de ejercicio adecuado se pueden mejorar las condiciones físicas en cualquier momento de la vida. Siempre se consiguen efectos beneficiosos en el momento que se realiza el ejercicio, no importa cuando se comience.

El sueño reparador: Uno de los aspectos que más intervienen en la sensación de bienestar en la segunda mitad de la vida es el sueño reparador. Con el paso de los años la calidad y cantidad del sueño se va deteriorando, por lo que es necesario tomar medidas capaces de paliar este proceso. Unos correctos hábitos de higiene del sueño, evitar el alcohol y los estimulantes y el consejo farmacológico ajustado son un buen camino para mejorar el sueño.

La sexualidad a cualquier edad: Hay un patrón menos activo de sexualidad a partir de los 50 años y presenta rasgos peculiares, tales como respuestas más lentas o mayor periodo de refractariedad. Sin embargo, disfrutar de una sexualidad satisfactoria sigue siendo un elemento fundamental para la calidad de vida.

Psicología negativa, mala consejera: Existen datos contrastados de la relación entre diversos aspectos negativos de la psicología individual y un acortamiento de la esperanza de vida del sujeto, como hábitos nocivos, pesimismo, afecto negativo y aislamiento social, entre otros.

Estilos vitales positivos y esperanza de vida: Existen dos estilos vitales positivos diferentes: el hedónico (felicidad, optimismo, ánimo positivo) y el eudemónico (propósito de vida, control). De estos, sólo el segundo parece constituir un factor de protección frente a la carga alostática y frente a la aparición de enfermedades cardiovasculares.

“Envejecimiento Activo”: La OMS promueve el modelo de Envejecimiento Activo a través de un conjunto de actividades integradas, con el fin de optimizar las oportunidades que favorecen la salud, la participación y la seguridad de las personas mayores y de esta forma mejorar su calidad de vida y un envejecimiento saludable (Asamblea Mundial de la ONU sobre envejecimiento, Madrid, 2002).

La Prevención es tarea de todos: Es necesario aun más el desarrollo de políticas que estimulen las campañas de salud pública y la información, así como educar a los distintos grupos de población sobre la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, sobre los cambios de estilos de vida y sobre la modificación de los factores de riesgo. También se debe animar a los profesionales de la salud a educar e informar a sus pacientes y a la población general.

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