El síndrome de ovario poliquístico es un problema de salud frecuente que puede afectar tanto a adolescentes como a mujeres de más edad. Aunque no se conocen sus causas, parece estar relacionado con los desequilibrios hormonales.
Tanto las chicas como los chicos fabrican hormonas sexuales, pero en diferentes cantidades. En las chicas, los ovarios fabrican las hormonas estrógeno y progesterona, así como andrógenos. Estas hormonas regulan el ciclo menstrual, así como la ovulación (el momento en que se libera el óvulo). Aunque a veces los andrógenos se conocen como «hormonas masculinas», todas las mujeres los fabrican.
En las chicas con síndrome de ovario poliquístico, los ovarios fabrican cantidades de andrógenos más elevadas de lo normal y esto puede interferir en el desarrollo y la liberación del óvulo. A veces, en vez de la formación y la maduración de óvulos, se desarrollan quistes en los ovarios, que son pequeñas bolsas llenas de líquido que pueden aumentar de tamaño. Puesto que las chicas con síndrome de ovario poliquístico no ovulan ni liberan un óvulo cada mes, es habitual que tengan periodos irregulares o que no les venga la menstruación.
Aunque el síndrome de ovario poliquístico (que antes se llamaba «síndrome de Stein-Leventhal») se identificó por primera vez en la década de los años treinta del siglo XX, los médicos todavía no conocen sus causas con certeza. Las investigaciones sugieren que puede estar relacionado con un aumento de la fabricación de insulina en el cuerpo. Las mujeres con síndrome de ovario poliquístico es posible que produzcan demasiada insulina, lo que estimula a sus ovarios a liberar un exceso de hormonas masculinas. El síndrome de ovario poliquístico parece darse por familias, de modo que si lo padece alguna pariente tuya, tú podrías ser proclive a desarrollarlo.
Si el síndrome de ovario poliquístico no se trata de una forma adecuada, puede exponer a las afectadas a muchos problemas. Las chicas que lo padecen son proclives a la infertilidad, un crecimiento excesivo del vello corporal, el acné, la obesidad, la diabetes, la cardiopatía, la hipertensión, los sangrados uterinos anormales y el cáncer.
La buena noticia es que, a pesar de que el síndrome de ovario poliquístico no tiene cura, se puede tratar. El paso más importante consiste en diagnosticarlo, porque el hecho de recibir un tratamiento adecuado reduce las probabilidades de que las afectadas desarrollen problemas graves.
Signos y síntomas
Un síntoma clave del síndrome de ovario poliquístico es tener periodos menstruales irregulares o faltas de la menstruación, porque las consecuencias de esta afección sobre los ovarios pueden hacer que se deje de ovular. De todos modos, puesto que una chica puede tardar hasta dos años en presentar períodos menstruales regulares desde su primera menstruación, puede costar mucho reconocer este síntoma en las adolescentes. El desequilibrio hormonal propio de este síndrome puede desencadenar cambios en todo el cuerpo, no solo en los ovarios.
Por eso, los médicos se fijan en esos otros signos que también pueden indicar la presencia de este síndrome:
– Periodos muy fuertes (o copiosos) o irregulares.
– Aumento de peso, obesidad o dificultad para mantener un peso normal, sobre todo cuando el peso se concentra alrededor de la cintura.
– Una afección denominada hirsutismo, donde la chica tiene un exceso de vello en el rostro, el pecho, el abdomen, el área del pezón o la espalda (de todos modos, tener un poco de vello en estas zonas es un rasgo completamente normal en muchas chicas).
– Pérdida de cabello en la cabeza (alopecia).
– Acné y poros obstruidos.
– Oscurecimiento y engrosamiento de la piel de alrededor de cuello, las axilas o los senos (acantosis pigmentaria).
– Hipertensión, colesterol alto o diabetes.
Las niñas que presentan de forma precoz algunos signos de la pubertad, como el desarrollo del vello púbico o axilar antes de los ocho años, tienen un riesgo incrementado de padecer un síndrome de ovario poliquístico más adelante.
Tratamiento
Aunque no tiene cura, hay varias formas de tratar y de controlar esta afección.
Si una chica tiene sobrepeso u obesidad, el médico le recomendará perder peso. La pérdida de peso puede ir muy bien para atenuar muchos de los problemas de salud relacionados con el síndrome de ovario poliquístico, como la hipertensión y la diabetes. A veces, sólo con perder peso, se consigue restaurar las concentraciones hormonales normales y, como consecuencia, muchos de los síntomas desaparecen o disminuyen.
Tu médico puede ver lo que comes y tu nivel de ejercicio y de actividad física a fin de diseñar un programa para perder peso hecho a tu medida. El ejercicio es una gran forma de combatir el aumento de peso que suele acompañar al síndrome de ovario poliquístico, así como una forma de reducir la hinchazón, otro de los síntomas que a veces experimentan las chicas que padecen esta afección.
El médico puede recetar anticonceptivos orales para ayudar a equilibrar las concentraciones hormonales en el organismo y regular el ciclo menstrual. Los anticonceptivos orales también pueden ayudar a controlar el acné y el crecimiento excesivo del vello en algunas chicas, pero no funcionan en todos los casos.
Otros medicamentos que se utilizan para tratar esta afección son los antiandrógenos, que contrarrestan los efectos del exceso de andrógenos en el organismo. Los antiandrógenos pueden ayudar a aliviar los problemas de piel y de crecimiento del vello en las chicas que padecen este síndrome.
La metformina, un medicamento que se utiliza para tratar la diabetes, puede reducir la concentración de la insulina en sangre. A algunas chicas con síndrome de ovario poliquístico, les puede ayudar a controlar la ovulación y la concentración de andrógenos, lo que puede contribuir a regularizar el ciclo menstrual. Algunas adolescentes y mujeres de más edad tratadas con metformina también experimentan pérdida de peso y reducción de la hipertensión.
Fuente: kidshealth.org