Síndrome de A. S. I. A. y biopolímeros

Medicina Estética

El Síndrome de ASIA es llamado así por sus siglas en inglés: Autoimmune (Auto-inflammatory) Syndrome Induced by Adjuvants, en español Síndrome autoinmune/inflamatorio inducido por adyuvantes.

Los adyuvantes son sustancias que se utilizan en la industria farmacéutica para desarrollar anticuerpos y reducir el costo de producción de vacunas.

Agentes infecciosos de silicona, sales de aluminio y otros, se han asociado con enfermedades inmunes tanto en animales como en los seres humanos. En los últimos años, cuatro condiciones se han descrito:

1. Siliconosis: Es una reacción de los tejidos asociados con los implantes cosméticos. Esta enfermedad desafió a la comunidad científica internacional en el comienzo de la década de 1990. La silicona se considera que es un material inerte, y por lo tanto incapaz de provocar fenómenos inmunes. Recientes análisis estiman que la prevalencia de desarrollar enfermedades del tejido conjuntivo después de la implantación de silicona es del 0.8%. Sin embargo, estos estudios sólo se admitieron pacientes que cumplían los criterios para las enfermedades autoinmunes conocidas. No tuvieron en cuenta los pacientes con manifestaciones menos específicos que no encajaban en el perfil de una condición conocida como artralgia, mialgia, o incluso manifestaciones neurológicas.

2. El síndrome de la guerra del Golfo (GWS por sus siglas en inglés): fue descrita por primera vez en 1998, debido a que algunos veteranos de guerra que no sufrían de enfermedades reumáticas clásicas, presentaban síntomas característicos de estos trastornos, como artralgia, mialgia, linfadenopatía, fatiga crónica).

3. El síndrome de miofascitis macrofágica (MMF por sus siglas en inglés): enfermedad muscular post-vacuna descrita por investigadores franceses en 1998. Esta enfermedad está asociada al aluminio, que se utiliza como adyuvante en vacunas diferentes. Tiene manifestaciones que incluye marcada astenia, fatiga crónica, mialgia, artralgia, fiebre y, en algunos casos, polirradiculoneuropatía desmielinizante, que es clínicamente similar a la enfermedad de Guillain-Barré. Por otra parte, en 2002 se verificó la persistencia de los depósitos de aluminio en el sitio de aplicación de la vacuna hasta 10 años después, lo que podría explicar la persistencia de la enfermedad muscular en los pacientes.

4. Fenómenos post-vacunación: están vinculados con exposición previa a un adyuvante. En los estudios realizados, aquellos que recibieron la vacuna sin adyuvantes, tales como las embarazadas, no presentaron alteraciones. Estos hallazgos dan lugar a un debate sobre la creación de medidas de seguridad en algunas vacunas específicas para los pacientes con enfermedades reumáticas.

Estas cuatro enfermedades comparten un complejo similar de signos y síntomas a los que se han agrupado dentro del Síndrome de Asia; el cual fue publicado por primera vez en el año 2011, por el Dr. Yehuda Shoenfeld y colaboradores en el Journal of Autoimmunity.

El Síndrome de ASIA y los biopolímeros inyectables

El sistema inmune es una compleja red de células y componentes celulares, llamados moléculas, que normalmente trabajan para defender al organismo y eliminar infecciones causadas por bacterias, virus y otros microorganismos invasores.

Las enfermedades autoinmunes son de tipo crónico; en ellas entran en juego una cantidad de mecanismos inmunológicos que participan de un proceso de autoagresión contra células, tejidos y órganos protagonizado por los anticuerpos del paciente contra su propio organismo.

Está desmostrado que en el caso de los pacientes con biopolímeros, esta sustancia, activa el sistema inmunológico como respuesta del organismo ante un cuerpo extraño que lo está agrediendo, produciendo una enfermedad autoimmune.

El Síndrome de ASIA comprende una serie de signos y síntomas que se desencadenan como resultado de la exposición del organismo a los biopolímeros:

Dolores musculares y en las articulaciones.
Sensación quemante en los miembros y zonas afectadas.
Fatiga crónica.
Fiebre.
Trastornos neurológicos.
Trastornos digestivos.
Dificultad respiratoria.
Cambios de coloración y de textura de la piel.
Reacciones alérgicas de la piel.

Estos signos y síntomas aparecen o empeoran por determinados desencadenantes como; la luz del sol, calor local, traumatismos, inyecciones en las zonas afectadas, masajes, ultrasonido, radiofrecuencia, ejercicios de alto impacto, entre otros. Otras influencias son el estrés crónico o depresión, las hormonas y el embarazo.

Es importante ser consciente que los factores que pueden ser evitados ayudan a prevenir o minimizar la extensión de la lesión producida por la enfermedad. Las enfermedades autoinmunes son con frecuencia crónicas, de manera que requieren un control y una asistencia de por vida, aun cuando la persona parezca o pueda estar bien.

Fuente: http://cirutips.com

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