Mientras que la palabra microbiota es utilizada para definir a la comunidad de microorganismos que se encuentran en el ser humano, el término microbioma se refiere al conjunto de microorganismos y su material genético que habitan en el cuerpo y tiene un papel fundamental en la salud y el bienestar; se estima que está conformado por más de mil especies bacterianas diferentes.
El Instituto de Salud de Estados Unidos, lanzó un interesante proyecto denominado Proyecto Microbioma Humano, para conocer las bacterias que conforman nuestro organismo.
Se encontró que el ser humano está formado por 10 veces más bacterias que células, aloja miles de millones de estos microorganismos, los cuales en conjunto podrían considerarse como un órgano más y podría pesar entre 700 gr a 2 kg. Algunos investigadores consideran al microbioma como el segundo genoma humano.
El microbioma de cada persona es único, y ha evolucionado durante miles de años, pero puede modificarse o provocar un desequilibrio debido a factores como la alimentación, el estrés, el grado de obesidad, el uso de medicamentos como antibióticos o laxantes así como los hábitos de higiene.
Al comparar las especies microbianas en las diferentes partes del cuerpo, se ha observado que hay diferentes tipos de bacterias en cada zona, por ejemplo, en intestino y boca es donde hay mayor diversidad de bacterias, en la piel hay diversidad media y donde se ha observado menor variedad es en la vagina, donde predomina el género Lactobacillus. La bacteria Streptococcus es la más abundante en nuestro cuerpo y se calcula que el microbioma femenino es más complejo y diverso que el de los hombres.
El primer año de vida es una etapa fundamental para el desarrollo de la microbiota por dos motivos: primero, el parto es el primer contacto que tenemos con las bacterias al cruzar el canal vaginal, y segundo, la lactancia es otra vía por la cual el bebe fortalece su microbiota por medio de la leche materna y posteriormente se va desarrollando mediante la interacción con otras personas y el medio.
A pesar de que el estudio del microbioma humano y su rol en los estados de salud y enfermedad podría considerarse relativamente nuevo, se han descubierto diversas asociaciones interesantes que revelan la importancia que tiene la microbiota para la salud y el bienestar, pues lleva a cabo funciones muy importantes, por ejemplo, funciones de nutrición y metabolismo mediante las cuales mejora la producción y absorción de vitaminas B1, B6, B12, ácido fólico y vitamina K, también mejora la absorción de otros nutrimentos como Calcio, Hierro y Fósforo; funciones de protección donde forma una barrera contra microorganismos patógenos, además compiten con las bacterias dañinas por los nutrientes y por los sitios donde podrían alojarse, también producen antibióticos naturales que nos protegen de estos patógenos.
Otra de la funciones de gran importancia de nuestro microbioma es su trabajo en conjunto con el sistema inmune y de esta manera protegen al organismo contra sustancias extrañas. La interacción de la microbiota con el sistema inmunológico estimula la secreción de anticuerpos (Inmunoglobulinas) y la liberación de sustancias antimicrobianas, entre otros, que ayudan a mantener el equilibrio.
La alteración o desequilibrio del microbioma puede asociarse a enfermedades diversas como: diarrea, síndrome de intestino irritable, enfermedad inflamatoria intestinal, obesidad, alergias e incluso enfermedades neuropsiquiátricas como el autismo.
El estudio del microbioma humano es muy interesante, ya que a futuro podremos describir otros microorganismos, funciones nuevas de aquellos genes que en la actualidad no se conoce su función, nos permitirá fortalecer la relación microbiota- salud- enfermedad y descubrir nuevos usos de los probióticos.
Una de las mejores maneras de fortalecer tu microbiota intestinal es mediante el consumo de probióticos como Lactobacillus casei Shirota junto con una alimentación correcta y estilos de vida saludables.
¡Incluye probióticos a tu alimentación!
