Nuestra piel tiene la capacidad de renovarse de manera natural cada 30 días aproximadamente. Este proceso deja residuos que pueden obstruir los poros y ocasionarnos algún problema en la piel. Por ello, es recomendable realizarse una exfoliación. Este proceso no sólo no tiene inconvenientes sino que, además, ofrece múltiples ventajas para nuestra piel.
¿Qué es la exfoliación?
La exfoliación es una limpieza profunda que elimina todas las células muertas y residuos que van quedando tras la regeneración de nuestra piel. Si todos estos residuos permanecen en nuestra piel, impedirán la correcta absorción de productos como, por ejemplo, una hidratante. Una piel exfoliada estará más limpia y permitirá una mejor oxigenación e intercambio de nutrientes. Por eso, este proceso es especialmente importante en pieles secas, ya que la hidratación sobre una piel exfoliada será mucho más efectiva. Además, no produce ningún tipo de efecto secundario negativo.
¿Qué ventajas tiene la exfoliación?
– Además de la limpieza y mayor hidratación antes mencionada, la exfoliación da a la piel un aspecto más uniforme y suave, lo que hace que luzca más bonita.
– Es además un buen método antienvejecimiento, ya que activa la circulación y favorece una mejor oxigenación de la dermis.
– Es una gran aliada de la depilación, ya que nos ayuda a evitar la formación de vellos enquistados y favorece su eliminación.
– Realza el bronceado y es especialmente importante realizarla antes de usar productos autobronceadores para asegurarnos de que el resultado es completamente uniforme.
¿Qué hay que tener en cuenta?
Aunque la exfoliación no tiene efectos negativos, es importante que tengas en cuenta algunos aspectos. Si tu piel es especialmente sensible, deja que sea el especialista quein seleccione los productos a usar.
Si tienes la piel irritada por haber tomado el sol, no será el mejor momento para exfoliarla. Tampoco es recomendable en zonas de heridas o quemaduras. Por el contrario, en la zona de los codos y las rodillas, será aconsejable insistir más ya que la piel suele ser más dura y con mayor tendencia a la sequedad.
Lo ideal es realizarse una exfoliación por lo menos, en cada cambio de estación. Al principio de verano, antes de tomar el sol, es una época ideal para preparar nuestra piel. Y lo mismo ocurre al final de esta estación. A la vuelta de las vacaciones nos vendrá muy bien para eliminar todos los residuos que hayan podido quedar en la piel después de jornadas de tomar el sol con productos bronceadores, bañarnos en piscina con cloro y otras situaciones que pueden perjudicar a nuestra piel en verano.
Es aconsejable realizarlo acompañado de una buena hidratación, el complemento perfecto con la piel ya exfoliada.
Fuente: conmdemasaje.es
