Crece la aplicación de tratamientos para combatir el envejecimiento biológico facial acelerado

Crece la aplicación de tratamientos para combatir el envejecimiento biológico facial acelerado

La edad cronológica es la que aparece en la cédula de identidad personal; la edad biológica es la que informa sobre el envejecimiento de las células. La primera es inamovible y nada se puede hacer para ‘descumplir’ años. En cambio, la segunda se puede combatir y retrasar a través de tratamientos de medicina estética, explicó el director del Instituto Médico Miramar, Fernando Urdiales. Según dijo, cada vez más personas piden que se les apliquen tratamientos antienvejecimiento. En ello, la llamada medicina del bienestar juega un papel fundamental.

Los tratamientos para frenar el envejecimiento biológico acelerado, que son muy frecuentes en Estados Unidos, han aumentado en Panamá. A ese respecto, la Dra. Sasha Castillo señaló que cuando una persona pide que se le aplique una terapia de ese tipo, lo primero que hay que hacerle son exámenes de laboratorio y gabinete, que miden diversos parámetros, para saber cómo avanza el deterioro biológico. Una vez que dispone de los resultados de los análisis, el médico fija el procedimiento más adecuado y ofrece distintas recomendaciones relacionadas con estilos de vida saludables: no fumar, perder peso y evitar las exposiciones prolongadas al sol.

«La ventaja que tenemos es que sabemos cómo se produce el envejecimiento facial y, por tanto, contamos con herramientas para combatirlo adecuadamente una vez realizado un buen diagnóstico. Son tratamientos poco invasivos y eficaces», aseguró la Dra. Sasha Castillo. Tomar el sol en exceso, las manchas que aparecen en la cara, los capilares y la degeneración del colágeno de la piel favorecen el envejecimiento prematuro. Otro elemento que los médicos estéticos combaten es la pérdida de volúmen en el rostro (lipoatrofia facial), cuya manifestación es una cara esquelética.

Acúmulo de grasa

Por otro lado, se presenta el lipedema, es decir, el acúmulo de grasa en las extremidades inferiores (desde la cadera hasta los tobillos) por cuestiones circulatorias. Aunque se estima que entre el 12 y el 20 por ciento de las mujeres sufren el lipedema, es un problema crónico infradiagnosticado e infratratado, que suele ir acompañado de molestias y dolor.

El objetivo con el que se ha elaborado este protocolo de diagnóstico es difundir y concienciar a los médicos de la importancia de detectar ese problema a tiempo, pues lejos de mejorar, tiende a empeorar con el paso de los años si no es tratado, una circunstancia que puede llegar a perjudicar gravemente el bienestar de las personas afectadas. «El lipedema es un problema real, que afecta a millones de mujeres en todo el mundo y del que aún queda mucho por saber», concluyó la Dra. Sasha Castillo.

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