El rol del agua alcalina en el envejecimiento

El rol del agua alcalina en el envejecimiento

Actualidad Médica

El agua alcalina puede ser aún una mejor solución que los antioxidantes, porque aporta una gran cantidad de electrones OH- (Hidroxilos) libres que pueden bloquear la alteración de las células normales ya que, al ser una sustancia de bajo peso molecular y gran dinamismo, le permite alcanzar todos los tejidos del cuerpo en un tiempo muy corto.

Hay estudios científicos que muestran que las células y tejidos de la gente joven tienen 10 veces más enzimas que las de la gente mayor. Y que el entorno ácido perjudica notablemente el trabajo de estas enzimas (moléculas proteicas especializadas que aceleran hasta en miles de veces las reacciones bioquímicas de cada célula, tejido, órgano o sistema).

Es decir, se trata de sustancias vitales sin las cuales las reacciones químicas necesarias para la vida no tendrían lugar (regulan la temperatura corporal, la contracción muscular, la conducción nerviosa, la excreción de orina, el intercambio de gases en el pulmón, la utilización de oxígeno por la células, el crecimiento y reparación celular, el proceso digestivo).

Pues bien, nuestras enzimas se inactivan si el pH celular se desvía más allá de unos estrechos límites. Si los niveles de enzimas disminuyen, los procesos de reparación celular y de defensa no responden eficientemente, con lo que también el proceso de envejecimiento celular se acelera.

A todo ello hay que añadir el efecto de los radicales libres sobre nuestro organismo y su cada vez más reconocida influencia en el envejecimiento. Los procesos normales del organismo -como el metabolismo de los alimentos, la respiración o el ejercicio- producen radicales libres, moléculas inestables y altamente reactivas. Su “misión en la vida” es la de remover el electrón que les hace falta de las moléculas que están a su alrededor para obtener la estabilidad.

Solo que la molécula “atacada” (a la que “roba” el electrón) se convierte, entonces, a su vez en un radical libre. Y de esa manera se inicia una reacción en cadena que daña muchas células y descompone las membranas de nuestras células, llegando a destruir y mutar su información genética facilitando así el camino para que se desarrollen diversos tipos de enfermedades y nuestro organismo vaya envejeciendo.

Pues bien, el equilibrio en el organismo lo ponen los antioxidantes, sustancias que tienen la capacidad de inhibir la oxidación (proceso de captación de electrones) causada por los radicales libres. De los que unos actúan a nivel intracelular y otros en la membrana de las células, siempre en conjunto para proteger a los diferentes órganos y sistemas.

Lo que pasa es que su trabajo se puede ver desbordado cuando, además de con los radicales naturales, tienen que enfrentarse con aquellos procedentes de fuentes externas como la contaminación industrial, el tabaco, la radiación, los medicamentos, los aditivos químicos presentes en los alimentos procesados y los pesticidas, por nombrar sólo los más comunes y los que masivamente nos invaden.

Obviamente el peligro de la oxidación causada por los radicales libres se contrarresta proporcionando al cuerpo antioxidantes para neutralizarlos y prevenir así su acción perjudicial, especialmente las vitaminas C y E, el betacaroteno y el selenio, que actúan liberando electrones en la sangre que, al ser captados por los radicales libres, los convierten en moléculas estables.

Sin embargo, el agua alcalina puede ser aún mejor solución porque aporta una gran cantidad de electrones OH- (Hidroxilos) libres que pueden bloquear la alteración de las células normales ya que, al ser una sustancia de bajo peso molecular y gran dinamismo, le permite alcanzar todos los tejidos del cuerpo en un tiempo muy corto.

Fuente: esteticamedica.info

Agua, envejecimiento
Entrada anterior
Aspectos importantes sobre la toxina botulínica
Entrada siguiente
El consumo excesivo de azúcar puede afectar la salud de la piel